Por qué el riesgo país puede seguir en picada: la comparación con Ecuador, Camerún y Gabón

Aunque la compresión a 1.000 puntos básicos se dio muy rápido desde los 1.600 de julio, aún queda mucho recorrido comparado con otros bonos de calificación similar. También es clave que acompañe el clima internacional

ECONOMIA16 de octubre de 2024
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El riesgo país siguió comprimiendo fuerte en las últimas jornadas y quedó muy cerca de perforar los 1.000 puntos básicos, niveles que no se veían en forma previa a las PASO de 2019. En aquel momento, la victoria en las primarias de Alberto Fernández golpeó duramente a la deuda argentina y las tasas en dólares se dispararon.

Luego de más de cinco años y una reestructuración de deuda mediante en 2020, los bonos argentinos aceleran su recuperación y están muy cerca de volver a aquellos niveles más de cinco años después.

Ahora los bonos cortos ya están arriba de los USD 60, como el caso del AL30, mientras que los títulos más largos se ubican levemente por encima de los USD 50.

Emiliano Anselmi, economista jefe de PPI, explicó que si la deuda argentina se compara con la de otros países de igual calificación, es decir en la zona de “CCC” (riesgo elevado), debería comprimir todavía fuertemente sus tasas en dólares. “Ahí estamos comparando con varios países también fronterizos como Ecuador, Camerún o Gabón. Tienen muy baja calificación pero la deuda está en la zona del 9 ó 10%. A esos niveles debería confluir Argentina en el plazo de un año como máximo”.

 Según el especialista, la mejora de los bonos de las últimas semanas equilibró bastante la posible ganancia esperada con el riesgo de una posible pérdida. “Si las cosas salen bien, la deuda argentina tiene para subir alrededor de un 50%. Pero si todo se complica y volvemos a los niveles de mediados del año pasado, ahí podrías sufrir una caída de alrededor del 45%”.

El peor escenario para los bonos argentinos sería que el Gobierno presente dificultades para hacer frente a los vencimientos de deuda en 2025 y tenga que ir a una reestructuración o canje no muy amigable.

Sin embargo, con el paso de los meses y a fuerza del superávit fiscal, entre los inversores fue ganando espacio la expectativa contraria, es decir que finalmente se consigan los recursos para hacer frente a los pagos de deuda el año próximo.

El economista Fernando Marull estimó que en 2025 vencen entre capital e intereses unos USD 16.000 millones. La cifra incluye los pagos de bonos (tanto Bonares como los más recientes Bopreales) y lo que se le debe a organismos multilaterales.

En el caso de los organismos, incluyendo FMI, Banco Mundial y BID, entre los más importantes, representan unos USD 6.000 millones entre capital e intereses. La apuesta del Gobierno es conseguir una refinanciación de una buena parte. Esto significa, que lo que en verdad habrá que conseguir para pagar la deuda de bonos asciende a unos USD 10.000 millones. Se trata de una cifra significativa, que requerirá un abanico de opciones para poder enfrentar exitosamente.

Una compresión mayor del riesgo país implicaría volver a la zona de 600 puntos básicos, ya que de esa forma se accedería a financiamiento de un dígito en dólares para bonos de corta duración (cinco años como máximo).

La comparación con otros países de alto riesgo pero que no están en default hacen pensar que no se trata de algo imposible. De todas formas, alcanzaría para refinanciar solo una parte de esos vencimientos. Desde el equipo económico ya dejaron trascender que también están abiertos a otras opciones, incluyendo un “repo” de bancos privados. En la medida que los bonos se sigan recuperando sería más fácil entregarlos en garantía de préstamos del sector privado.

Un informe de CMA Research consideró que “el Bopreal 26 es la mejor alternativa para quien tenga un perfil conservador dentro de la deuda soberana. El Bonar 2030 sería para un perfil moderado y el Global 2035 para un perfil más agresivo y tolere mayor volatilidad. El Global al ser un título de menor paridad puede ser una mejor opción en escenarios muy positivos o muy negativos, mientras que escenarios más intermedios deberían favorecer a los activos de ley local”.

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